Por Eloy Marchán
Las minas de Buría, en el estado Yaracuy, es el espacio donde se radica la legendaria historia del Negro Miguel, quien inició un reinado cimarrón alrededor del año 1533.
A fines de 1552 son
trasladados de la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, Miguel y otros
esclavos (africanos y aborígenes) quienes huyeron del trabajo en las minas que
llevarían por nombre “Real de Minas de San Felipe de Buría” (cerca de Nirgua,
en el actual estado Yaracuy). Dicha localidad fue atacada por los cimarrones,
sembrando terror en los españoles y ganando el respeto y admiración de los
esclavos.
El
Negro Miguel, su origen y sus creencias
Dicen, que el Negro Miguel era
conocedor de algunos secretos de hechicería propios de la práctica haitiana,
pues fue trasladado desde La Española (Actual República Dominicana y Haití) a
nuestro país. Aunque su origen no definido, responde a la procedencia de
esclavos en venta por los portugueses: Miguel pudo tener su origen en Angola,
Mozambique o El Congo. El Negro Miguel, así como su esposa Guiomar y el llamado
obispo del cumbe, traerían sus creencias africanas a nuestras tierras, que bien
pudieron mezclarse con el sistema de creencias autóctonos de nuestros aborígenes
que compartieron durante la estancia en el margen del río Buría.
El Negro Miguel huyó hasta la
Montaña de Sorte, en Yaracuy, junto a su grupo de cimarrones, tiempo después
fue asesinado por Diego de Losada en la campaña que comenzó en Sorte y lo llevaría
hasta la ciudad de Santiago de León de Caracas.
La
reina Guiomar y la Diosa de Sorte
Su esposa la reina Guiomar, de
quien se señala como la primera espiritista en trabajar el culto a la Diosa que
adoraban los indígenas en la Sagrada Montaña, la cual se conoció posteriormente
como la Montaña de la Reina (en alusión a la esposa del Negro Miguel). Guiomar
fue una mujer bondadosa que se dedicó a atender al grupo que, junto a Miguel,
liderarían la primera gesta preindependentista venezolana.
Guiomar es entonces
considerada como la primera sacerdotisa de la Diosa de los indios Jirahara,
aglutinando las creencias aborígenes con las traídas por los africanos en un
solo conjunto.
Hoy día, existen diversas
versiones sobre el origen de la Reina María Lionza, teniendo este relato una
implicación afro, sostiene la creencia en que la Diosa venezolana fue la misma
Guiomar, es decir, una “Reina Negra”.
La
inmortalidad del Negro Miguel
Posteriormente, el Negro
Miguel prepara otra emboscada, esta vez a la ciudad de Nueva Segovia de
Barquisimeto, la cual fue defendida por Diego García Paredes y Diego Fernández
de Serpa, junto a un refuerzo que llegó de la ciudad de El Tocuyo, dirigido por
Diego de Losada y Diego de Ortega. Según el testimonio de capitán Diego de
Ortega, uno de los jefes de las fuerzas de El Tocuyo, fue García Paredes el que
mató al rey Miguel.
En contraparte, se dice que
Miguel se llevó un gran botín de oro y que se refugió en Curduvaré que traduce
“Libre como la liebre” (hoy Monumento Natural Cerro María Lionza), y que allí
se encontró con María Lionza. La leyenda describe que Miguel no murió, sino que
pasó a formar parte de la corte de la Reina.
Hoy día puede visitarse el
Fuerte Real de Minas de Buría, actualmente “Ruinas de San Vicente”, el que se
dice sirvió para la defensa y resguardo del ataque de los indios Nívar, última
tribu de la rama Jirahara.
Como curiosidad, destaca que a
lo largo de la historia fue denominado de diversas maneras:
Fuerte Real de Santa María de
Arquicia
Fuerte de Santa María de
Nirgua
Fuerte de Santa María de Nívar
(cuando se firmó el acta de fundación de Nirgua en 1628)
Ruinas de San Vicente
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